LOS ALBAÑILES INVASORES |
Recién nos mudamos a nuestra casa que Mi Macho compró como una de las condiciones después de nuestra separación, los vecinos de al lado comenzaron a remodelar antes de mudarse, ya que la Unidad era de nueva creación y todos éramos nuevos el ella.
De inmediato los trabajadores comenzaron a hacer de las suyas, es decir, a dejar basura por todos lados, materiales y como los contratistas cambiaban a cada rato de trabajadores, éstos aprovechaban para faltarme al respeto, ya que era la única señora en la privada. Encabronada le comenté a Mi Macho que hablara con Agustín, que era el contratista y encargado de obra; un güey prieto, chaparro y con pelos parados tipo Gokú. Mi Macho se lo puso en su lugar, incluso se hicieron de palabras y casi llegan a los madrazos, si no es porque Alex es muy prudente hasta al Ministerio Público hubieran dado. El pelos de Gokú quedó en respetarnos y no buscar pleitos. Como quedaron de repararnos los desperfectos que hicieron en nuestro patio trasero, mi vecino Ernesto le llamó a Mi Macho para que le permitiera la entrada al Gokú, a su papá y a su hermano, y me llamó para informarme, ya que él regresaría tarde del trabajo y sería el último día que ellos trabajarían. Yo acepté molesta, pero si no los dejaba entrar tardarían más tiempo en reparar los daños. Después de un par de horas trabajando, me llamó el Gokú: -¿Señora? -Dígame. -¿Será posible que viniéramos mañana a terminar? -¡Nooo! El señor Ernesto le dijo a mi marido que hoy sin falta quedarían reparados los daños. -Si Señora, lo que pasa es que se nos acabó la pintura y el cemento y, pues ya es tarde para ir a comprar, ya cerraron la Tlapalería, será hasta mañana. -¡Puta Madre! ¡Esto ya me urge! -No se enoje señito, ya sé que no nos quiere, pero ¿qué podemos hacer para que nos perdone? En ese momento y al ver a los 3 hombres, con las camisas abiertas mostrando su pectorales y las mangas remangadas dejando al descubierto sus bíceps moldeados por los bultos de cemento y la cantidad innumerable de colados realizados, sólo se me ocurrió una cosa. Me acerqué al Gokú y le dije: -Nunca he estado con 3 hombres a la vez. Y me hinqué delante de él para bajarle la bragueta, sacarle su apestosa verga y comenzarla a mamar, mientras le llamaba con mis manos al papá y al hermano para situarse uno a cada lado y masturbarlos primero por encima del pantalón, aunque ellos no pudieron resistirse e inmediatamente se bajaron los calzones para mostrarme sus asquerosos fierros que quizá tenían días sin lavar y que no sólo les apestaban a orines sino también a tierra, cemento y yeso, lo cual hizo que me excitara aún más. ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... Si quieres saber como termina, mándame un email. |
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